El caos se adueñó del centro de la ciudad en las últimas horas. Cada metro ha sido ocupado por manifestantes, una pista de hielo, además de decenas o quizá cientos de ambulantes que aprovechan las fiestas decembrinas para hacer negocio.
En una parte de la plaza central están los maestros plantonistas. En otra parte, grupos de desplazados indígenas se han asentado en la entrada principal del Congreso del Estado.
El tráfico se satura a cada instante, las principales calles que atraviesan esa parte de la ciudad han sido bloqueadas y generan interminables filas de automóviles cuyos conductores buscan la manera más fácil de salir ese lugar que se ha convertido en un especie de laberinto.
El ambulantaje, con su rostro rebelde, ha extendido sus tentáculos más allá de lo que su conciencia les permite, se ha aprovechado la situación para ocupar más espacios en las céntricas calles, muchos comercios, en especial vendedoras de textiles, se han mezclado con los maestros.
Es una zona donde se tiene que mostrar habilidad y maestría para sortear tiras de hilos que penden de improvisadas chozas, trozos de plásticos que el viento juguetea de un lado para otro, plataformas madera que se han convertido en camastros, donde algunos los plantonistas duermen.
El rumor se ha apoderado de los maestros, las versiones que reciben desde las redes sociales datan de los primeros desmanes que han sucedido en el campo de batalla que se ha formado entre maestros disidentes y fuerzas preventivas federales, en ese lugar donde más de 2 mil maestros aplican la evaluación educativa.
Dicen que es un profesor joven el que murió atropellado, comentó una jovencita que se mantiene sentada junto con otros compañeros a un costado del kiosco del parque central.
Desde que se enteraron del fatal accidente, donde perdió la vida el maestro David Gamayel Ruiz Estudillo, las miradas se volvieron desconfiadas, todo movimiento que hacen personas sospechosas son monitoreo das por grupos de maestros que se convirtieron en grupos de vigilancia.
El material que sería utilizado para construir una pista de hielo y un tobogán de escarcha fue extraído por varios grupos de maestros. Con ello construyeron sus campamentos y barricadas sobre la avenida central para que no circulen los automóviles. La plancha de arena que serviría de soporte a la capa de hielo ha sido utilizada también como base para dormitorios.
La fila de improvisadas chozas abarca la Avenida Central desde la Primera Poniente hasta la Cuarta Oriente. Todas las banquetas han sido ocupadas por los ambulantes y los transeúntes tienen que torear las vendimias de temporada.
Es la primera vez en muchos años que las peregrinaciones en honor a la Virgen de Guadalupe tienen que desviar su ruta. Los peregrinos al circular por la Avenida Central se topan con barricadas de madera que les obliga a buscar una salida alterna que se convierte en un calvario para los automovilistas que tienen la desafortunada de pasar por ese lado de la ciudad.
La mezcla de basura, ruido y plásticos multicolores forman en un escenario caótico. La desesperación se puede notar en miles de ciudadanos que acuden a ese lugar a realizar algún trámite, a cada paso tiene que adivinar un traspié, buscan espacios más amplió para poder circular pero es imposible.
Esa imagen se vuelve más caótica sobre la zona de los mercados, ahí miles de vendedores ambulantes han invadido con sus productos navideños. Esos agudos sonidos que evocan música navideña aturden hasta al más paciente parroquiano. A ello se suman la música y los anunciadores de las ofertas de la temporada. Vía Carlos Díaz Vázquez Noticias
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