La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), que ganó el Premio Nobel de la Paz 2017, dijo que este galardón respalda su lucha por "un mundo sin armas nucleares" y envía una señal muy clara a los Estados que aún las tienen y amenazan con usarlas.
"Es inaceptable que aún haya países que tengan y que amenacen con usar las armas nucleares. El premio, además de un gran honor, es un mensaje muy fuerte a los Estados de que deben sumarse y abandonar las armas nucleares", afirmó en declaraciones a la prensa Beatriz Fihn, directora ejecutiva de ICAN.
"Estamos en un momento crucial, el riesgo de guerra nuclear está otra vez en la agenda, con la posibilidad de asesinar a civiles de forma discriminada, con amenazas por parte de Estados Unidos y de Corea del Norte. Esto debe acabar, y el premio respalda esa posición", agregó Fihn.
La
activista es una de las tres personas que trabajan en una pequeña
oficina en Ginebra, sede central de la ICAN, que agrupa a más de 400
entidades y ONG en 101 países del mundo.
ICAN comenzó hace una
década, precisamente tras ganar el Premio Nobel de la Paz la campaña
para prohibir las minas antipersonales, "lo que dio el impulso a creer y
a luchar por prohibir también para siempre las armas nucleares", indicó
Fihn.
"Es inaceptable que las armas nucleares sigan existiendo, que se sigan usando para amenazar", aseveró.
Cuestionada sobre el presidente estadunidense, Donald Trump, y sus amenazas, Fihn se limitó a recordar que "nadie se siente más seguro al oír la mención nuclear. Con las armas nucleares no hay más seguridad, no tenemos un mundo más seguro, al revés".
"Es
por ello que creo que el Premio Nobel condena ese comportamiento y es
una señal muy clara para que los países se alejen de esas posturas y se
suman al tratado para la prohibición total", sostuvo.
El Tratado Global para Prohibir las Armas Nucleares
se abrió a firmas el pasado 20 de septiembre y entrará en vigor 90 días
después de que 50 países -de los 122 que lo votaron- lo ratifiquen.
A excepción de Holanda, los países de la OTAN han decidido no participar en las negociaciones.
Tampoco
lo hacen China y Rusia -que junto con Estados Unidos, Francia y el
Reino Unido son miembros permanentes del Consejo de Seguridad y tienen
arsenales atómicos- ni otros países nucleares como India, Pakistán,
Israel y Corea del Norte, que también tienen capacidad aunque no
declarada.
"El premio da un empujón al tratado, y espero que haga reflexionar a los países a que se sumen al Tratado de Prohibición", pidió Fihn.
ICAN ha estado muy implicada en las negociaciones para poder concluir el tratado.
Las
potencias que lo rechazan consideran que lo que hay que hacer es
promocionar el Tratado de No Proliferación Nuclear, bajo el que las
potencias están comprometidas a reducir sus arsenales.
"El estatu quo ya no es aceptable". Reducir los arsenales no es suficientemente bueno, hay que ir más allá. El tratado dice ahora que usar armas está prohibido. Sé que las potencias nucleares no las van abandonar de un día para otro, pero espero que cada vez que hablen de ellas, que las mencionen, se sientan más avergonzados de hacerlo", insistió Fihn.
Finalmente,
la activista tuvo palabras para las víctimas "de las bombas nucleares,
pero también de los ensayos nucleares, y que han luchado en los últimos
cincuenta años para acabar con este flagelo".
"El premio es un tributo a los supervivientes y a los que han luchado por acabar con las armas nucleares desde 1945".
Vía Milenio RSE
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