La reserva ecológica Cuxtitali-Quenvó, está seriamente amenazada de que
sea invadida por indígenas de la zona, a unas semanas de que fue
decretada como reserva natural por el Congreso del Estado, a petición
del histórico barrio de Cuxtitali.
La representante de la Unidad Ciudadana Por la Vida y la Paz, Marcelina Jiménez, aclaró que esta reserva es para beneficio de todos los sancristobalenses, no solo para el barrio que promovió dicha declaratoria.
En entrevista, convocó a defender las 22 hectáreas de la recién creada reserva ecológica debido a que en este predio nacen los manantiales que surten del vital líquido a la ciudad, y nuevamente existen amenazas de que va a ser invadido, como ha ocurrido con la reserva Gertrude Duby.
“En primer lugar ya tenemos ganada las 22 hectáreas para el barrio de Cuxtitali, ellos lo van a tener en conservación, pero es para toda la ciudadanía, por eso hicimos todo lo posible para que se declarara reserva ecológica, para todos”, puntualizó.
Marcelina Jiménez, quien también es representante del Sistema Chupantik, abundó “lo que queremos es que se defiendan las 22 hectáreas, porque los que están en el asentamiento Molinos de los Arcos, están intentando invadir las 22 hectáreas”, advirtió.
Pidió la intervención del Presidente Municipal, Francisco Martínez Pedrero, para que en su calidad de primera autoridad en la ciudad, apoye en la conservación de la reserva ecológica Cuxtitali-Quenvó.
“Que se sume con nosotros, tenemos una grabación de él, en la mesa interinstitucional, donde se compromete aplicar el estado de derecho, aplicar la ley a las personas que no respeten el estado de derecho”, apuntó.
La representante de la Unidad Ciudadana, la Vida y la Paz, se pronunció porque se defienda con todo el peso de la ley esta reserva recién decretada por el Congreso del Estado y que hoy está en riesgo de que sea invadida.
Afirmó que si es necesario el desaloje de los invasores, pues que se proceda al desalojo, ya que la reserva no puede seguir sufriendo más daños, porque de sus manantiales, depende la vida de la mitad de los habitantes de la colonial ciudad.
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