Este miércoles, Chiapas dio un gran
ejemplo de solidaridad y, además, de la forma en que la protesta social
debe llevarse a cabo porque, aun cuando se continúa afectando a terceros
la causa lo justifica de manera que quienes se hayan visto perjudicados
por las movilizaciones de miles de personas seguramente les darán la
razón.
Aquí en esta tierra tan enervada por
diferentes conflictos sociales hasta el gobierno del estado se sumó al
clamor de justicia de las 43 familias de los jóvenes normalistas que
fueron “desaparecidos” por policías de Guerrero, en lo que podría
considerarse como la gota que derramó el vaso de las prácticas
represivas implantadas por los gobiernos y que unió a todo el país.
En lo personal no estoy de acuerdo en
que algún grupo, sea cual sea, se apropie de las calles, secuestre a los
ciudadanos, cometa actos vandálicos, saquee, violente, agreda, ofenda y
denigre a la sociedad como lo ha venido haciendo el SNTE y la mentada
Sección VII.
No obstante hoy sí podemos decir que
hasta ellos estuvieron a la altura de las circunstancias, marchando
después de clases y con una causa justa, válida.
Pero veamos por qué. La historia es de
sobra conocida, pero se resume a que un grupo de normalistas que
protestaba en Guerrero fueron privados ilegalmente de su libertad por
policías, y si sólo se llevaron a 43 es porque ya no entraron más en los
vehículos en que se los llevaron. El operativo, si es que se puede
llamar así ese acto de lesa humanidad, fue extremadamente violento y
estuvo a cargo de la Policía Municipal, para lo cual no hay
justificación. Alguien, definitivamente, ordenó todo esto.
Posteriormente, durante las
investigaciones, Inaky Blanco, procurador de Guerrero, informó que
policías de Iguala entregaron a 17 de los normalistas al nuevo cartel
surgido en ese estado denominado Guerreros Unidos, quienes los
asesinarían y enterrarían en una fosa clandestina, aunque hasta ahora no
se ha podido confirmar que pertenezcan a los jóvenes.
En otras fosas encontradas se han
contado 28 cuerpos más en avanzado estado de putrefacción, que
previamente fueron quemados probablemente para dificultar su identidad.
Aunque la cifra rebasa el número oficial de “desaparecidos”, esos
números tampoco son fiables, pues no cuadran con los testimonios de los
normalistas que lograron salvarse de ese horror.
Otros aspectos importantes en las
investigaciones revelan que al menos 30 policías pertenecen a ese grupo
delictivo y, peor aún, también en la casa de José Luis Abarca, alcalde
de Iguala, se han encontrado vínculos con los Guerreros Unidos, aunque
el asunto puede ir más allá de lo imaginable debido a que el CISEN
informó que Abarca tiene nexos con los Beltrán Leyva, lo que tendría
lógica puesto que los Guerreros fueron fundados en 2011 por Cleotilde
Toribio Rentería, El Tilde, apadrinad por Edgar Valdez Villarreal, La
Barbie, sicario de los hermanos Beltrán.
En cuanto al gobernador de Guerrero,
Ángel Aguirre Rivero, de nada sirve ya que ofrezca un millón de pesos a
quienes aporten elementos para encontrar a los normalistas, no le sirve
de nada ofrecer su renuncia, pues el pueblo clama su destitución. Su
nombre está tan enlodado que hasta el mismo PRD, partido al que
pertenece, busca ya su expulsión.
No hace falta mucho para darse cuenta
que este asunto rebasó ya el Estado de Derecho, la ineptitud de las
autoridades y la corrupción social. Este caso trascendió fronteras
lamentablemente.
Por ello creo que todos deberíamos
sumarnos a la exigencia de justicia y esclarecimiento del caso, pero más
allá de ello, al castigo de los culpables. Es inadmisible que
gobernadores y alcaldes estén hasta el cuello inmersos en la
delincuencia. Este miércoles en Chiapas se hizo la protesta más justa,
incluso desde el gobierno del estado.
Terrorismo laboral
Lo que ocurrió en Ayotzinapa ha sido
catalogado por activistas como un acto de terrorismo de Estado, y aunque
afortunadamente en Chiapas no hemos sido alcanzados por tales horrores,
en la Secretaría del Trabajo tal parece que continúan prácticas de
terrorismo laboral. Los despidos injustificados están a la orden del día
incluyendo a madres solteras, lo que no es congruente con la política
de Manuel Velasco. Pronto daremos los pormenores de este caso en el que
está inmerso el hermano del diputado enemigo de la libertad de expresión
Williams Ochoa. Comentarios @hermesreportero y hermesreportero@gmail.com
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