Por Ezequiel Gómez García.
Una Sabana que utilizaron como
vela y el aire del este, salvo la Vida
de dos pescadores que zarparon de Puerto Madero en la lancha de nombre Escualo y que naufragaron en alta mar el domingo pasado,
al tener una falla en el motor fuera de borda.
Alfredo Castro Álvarez de 60
años relato que salieron al
medio día del domingo, de puerto Chiapas y en altamar el acumulador
se descargo y quedaron a la deriva, en alta mar soportaron la tormenta y vientos fuertes durante dos días.
Los fuertes vientos que representaban
peligro, también fue una alternativa
para poder sobrevivir, pues con la experiencia de estar por más de 50 años en
la pesca, utilizaron una Sabana como
vela lo que los hizo avanzar el día
lunes varios kilómetros a tierra.
El martes el viento los había arrastrado
unos 50 millas mar afuera, pero la costa estaba aún muy lejos, con la esperanza
de sobre vivir don Alfredo y Rolando no perdieron la fe y fue el miércoles cuando
un fuerte viento del sur los arrastro a 16 kilómetros, donde se encontraron con dos lanchas de
pescadores de Guatemala quienes les brindaron auxilio logrando cargar su acumulador lo que
les permitió llegar a tierra a las 8 de
la noche del miércoles pasando toda una odisea.
“Ya cuando amaneció el día miércoles,
ya habíamos caminado otros kilómetros más
afuera, todavía mirábamos la costa,
entonces teníamos esperanza de que pegara el aire , para tratar de en
caminarnos a la costa, pero de las 8 de la mañana a las 2 de la tarde el mar se
puso quietecito no avanzábamos nada y la corriente nos llevaba por donde quería
corrimos 8 kilómetros”.
Para don Alfredo Castro de 60 años y Rolando Duque Castro de 32
años la Sabana que ocupaban para el
frio sin pensarlo fue un medio de vida “sin eso, a esta hora
sólo habría llanto de la familia y nosotros
haya padeciendo, porque eso fue el medio
de vida la Sabana”.
El Escualo la embarcación que salió de puerto Chiapas y que se encontraba desaparecida luego de tres días de soportar la fuerte
tormenta retorno con sus tripulantes sanos y a salvo ambos pescadores calificaron esta
experiencia como algo sobre natural pues
la misma naturaleza fue que les ayudo a salir de las obscuras aguas del mar que
a punto estuvo de sucumbirlos.
Hoy los dos pescadores están con sus familias y lo que les ocurrió
dijo Alfredo ya no vuelve a ocurrirles en la búsqueda del Pez Dorado.
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