- Los maestros no defienden intereses mezquinos; los líderes entre la espada y la pared.
- No se puede hacer una marcha o plantón en el desierto o donde nadie puede verlos.
MIGUEL
ANGEL CARRILLO BARRIOS/DIR ALP y APM/MÉX. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.-
Una gran pregunta es ¿Qué hacer con el movimiento magisterial? “Los que
como perros defienden la casa y duermen afuera” o los que “piensan como
ricos y están muertos de hambre” o ya deplano, tienen una “falsa
conciencia social”, seguramente dirían: “malditos maestros, que la
policía los mate y que los desaparezcan”. Pero sería tan sencillo como
pensar que desaparecerían las pilmamas de la gran guardería nacional: La
escuela.
Yendo
a otro extremo, en torno a la lucha fratricida, y haciendo énfasis a la
frase de Nicolás Maquiavelo, es irónico que entre muertos de hambre
(unos más y otros menos) nos enfrasquemos en una lucha encarnizada sin
provecho alguno para nadie. La mayoría de los críticos de banqueta, los
que no piensan ni analizan, son esclavos de pensamiento y obra del gran
capital o de las mafias del gobierno; entre ellos y nosotros, los que no
tenemos ni capital ni poder, no debemos despedazarnos, debemos
solidarizarnos, ellos son menos y nosotros casi todos; es cierto que
ellos nos hacen un poco de falta pero ellos sin nosotros no son nada.
Los
líderes –me refiero a los sucios, ruines, viles y canallas-, porque
también los hay auténticos, -son pocos pero sí los hay-, conforman esas
mafias del poder en perjuicio de hambrientos. Son esos liderzuelos
quienes toman sus representados para meterlos a la licuadora donde
mezclan intereses económicos con la lucha social. Es donde los
liderzuelos salen ganando porque se les cede poder, intereses y
reconocimiento por parte del mismo gobierno que al final, liderzuelos y
gobierno, propician, obligan o persuaden a las bases a actuar a cambio
de una migaja. Si el pueblo en su total defendiera a las pilmamas,
tendrían derecho a evitar que hagan lo que creen imprudente, pero las
pilmamas, no tienen quién los defiendan, ni sus liderzuelos, ni el
gobierno ni los padres o madres de los hijos que cuidan, educan y
enseñan en la GRAN GUARDERÍA NACIONAL.
¿Qué
quieren todos los profesores plantados tanto en Chiapas, como en
Oaxaca, Guerrero y Michoacán? Lo único que piden es que sus plazas de
tiempo completo y por tiempo indefinido no se las conviertan en plaza de
cuatro años, que no les quiten su pensión que ellos pagan junto con la
aportación gubernamental que es justo. Es falso que se opongan a una
evaluación punitiva; por el contrario, la evaluación de la mano con
actualización, es sinónimo de una excelencia educativa y de paso su
vinculación con el sector productivo, la ciencia y la tecnología. Pero
eso no lo saben los críticos, no porque primeramente desconocen el
contenido y el objetivo oculto de una “reforma” educativa, pensada para
privatizar a futuro no lejano la educación.
Veía
con tristeza como los críticos de mirada corta del movimiento
magisterial, son implacables de las acciones contra centros comerciales
del gran capital, propiedad de las mafias de poder. No os preocupéis,
ellos no pierden nada, todo lo tienen garantizado o asegurado y sino, el
mismo gobierno paga pérdidas y daños como en el caso de las
supercarreteras propiedad de magnates españoles amafiados con mexicanos.
Los críticos se solidarizan con los pocos empleados de los negocios
propiedad de las mafias, empleados que ni tienen salario base y sus
paupérrimos ingresos son de acuerdo a las pocas ventas.
Decía que los
“críticos” malinchistas se solidarizan con los comisionistas, más no
empleados legales, de los negocios de las mafias, pero jamás voltean la
cara hacia los tantos mercados tuxtlecos, donde están los verdaderos
pobres, los que se conforman con ganar 30 y hasta 50 pesos diarios o
quizá nada; donde está la verdadera producción de nuestra gente que
lucha por subsistir, aquellos que muchas veces son garroteados o
gaseados por la misma policía local con tal de ganarse unos pesos y
poder comprarse las tortillas y así poder dar de comer a sus hijos. Para
ellos no hay piedad, para ellos no hay solidaridad, pareciera que son
el grueso de la clase pobre a los que no hay que voltear a mirar y menos
tenerles misericordia, esta gente no existen para los “críticos
malinchistas”, por ello bien dije que se parecen a los perros que ladran
defendiendo la casa ajena y duermen afuera, donde cae la lluvia y los
azota el sol.
La otra pregunta que formulo a los “críticos” es: ¿Será
que si los inconformes se van a un apartado lugar de la sociedad o en
pleno desierto a hacer su manifestación tendrían eco a sus demandas? Si
de por sí, provocando molestias a la sociedad a la que pertenecen y al
mismo gobierno son ignorados, menos que las tuvieran si se fueran a
gritar en el desierto. La lucha social de clases se define la lucha de
la clase trabajadora contra su explotación, opresión y alienación, y por
su libertad frente al capitalismo y el estado. Siempre ha existido y
nunca se ha visto o documentado a algún grupo social que se haya
manifestado en las inmediaciones del desierto o de la selva de las
Amazonas, donde el gobierno ni se entere.
Los imperios o regímenes
han caído por la lucha de los oprimidos, allí tenemos los romanos, los
franceses, los persas y otras poderosas sociedades y pareciera que los
opresores están cerca o a un paso de su caída.
Siento que la lucha
que hoy los docentes libran en medio de las lastimeras e insultantes
críticas, de sus mismos hermanos, de su misma clase social, de sus
mismos compañeros de trabajo, de aquellos que siendo víctimas de la
desgracia se hacen al lado del opresor de sus hermanos y de todos
aquellos que disfrutan el dolor y la miseria; jamás llegará a
solucionarse sin que haya una gran resistencia de todos, luchadores
sociales y críticos, un gran derramamiento de sangre y ésto, debido a
que nadie permite que las riquezas, las comodidades y el poder se esfume
de sus manos sin dar la lucha. Eso hará el gran capital contra aquellos
que no queremos que se nos despoje de la última migaja que nos da vida,
que es nuestro trabajo.
Para todos aquellos que piensan y afirman
–los críticos malinches-, que los maestros, más no los líderes, pelean
una canonjía, están errados: los docentes sólo anhelan hacer su trabajo
para tener el ingreso que permita llevar el alimento a los suyos; sí
quieren evaluación pero también actualización pero sin punitividad. El
gobierno liberal quiere despojarse de todo, de la educación, salud,
seguridad pública y de todos aquellos que le genera gastos y únicamente
desea, quedarse con la recaudación de impuestos y gastarlos a su antojo,
sin la auditoría, la rendición de cuentas y la aplicación de sanción
por mal uso. (MACB)
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