Entre sus brazos, Rubí Esmeralda lleva un folder beige. Dentro, hay documentos que la avalan como Licenciada en Seguridad Pública.
Los esfuerzos extras que implicaban desvelos y días de guardia en su trabajo han valido la pena, dice, porque la idea de estudiar una carrera había pasado solamente como un deseo que nunca pensó concretarlo.
Se ha colocado en una de las butacas del auditorio del Museo de Ciencias; junto a ella, 74 compañeros que pasaron por los mismos sacrificios esperan ansiosamente que sus nombres sean pronunciados para pasar recibir el documento que les entregará el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.
El nombre de Rubí Esmeralda Hernández Salazar es mencionado por el moderador del evento, para que sea ella quien ofrezca las palabras de agradecimiento.
Con voz entrecortada hace referencia a lo difícil que les resultó estudiar una carrera.
—Era un sueño estudiar una licenciatura y en nuestro trabajo tuvimos la oportunidad de realizarlo, pero la mayor satisfacción es que podemos utilizarlo para beneficio de la sociedad—, expresa mientras se lleva las manos para secar la tímida lágrima que aparece en sus ojos.
Solamente había estudiado hasta el bachillerato, los recursos económicos no daban para continuar la carrera de Derecho, pues tenía que apoyar a sus papás a obtener dinero y poder solventar los gastos de la casa.
A la primera oportunidad que tuvo se enlistó para ingresar a las filas de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), fue una ocasión que no desaprovechó hace tres años para ser elemento preventivo.
Cada curso que se le ha facilitado lo ha tomado para superarse, indica. Ahora que culmina esa fase comprendemás el compromiso que tiene con la sociedad.
Pero lo hace porque quiere superarse y porque sabe que la seguridad pública es una parte importante que como elementos preventivos deben privilegiar.
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