El
costo del crédito al consumo aumentó 85% en los últimos cinco años, de manera
que en 2013 los pagos a instituciones bancarias y no bancarias por concepto de
intereses, comisiones y amortizaciones sumaron 309 mil millones de pesos, de
acuerdo con un estudio de BBVA Research.
De
ese total, 43% correspondió a créditos no revolventes (préstamos personales y
de nómina), seguidos de los no bancarios con 29%, mientras que las tarjetas de
crédito participaron con 28%, arroja el análisis Situación Banca 2014.
En
el caso de los plásticos bancarios, el pago por este concepto ha disminuido en
los últimos cinco años, pues en 2009 se ubicaba en una proporción de 55%, lo
cual se explica por el incremento en los clientes “totaleros”, es decir,
aquellos que cubren cada mes el total de sus compras y que por lo tanto no
generan intereses.
El
análisis reveló que las familias que ganan menos de 3 mil 500 pesos
trimestrales (primer decil de la población) tienen un gasto corriente de 5.4
veces de sus ingresos por sueldos y rentas, mientras que para quienes tienen
ingresos de más de 120 mil pesos trimestrales, es de 0.8%.
Ello significa que los hogares menos favorecidos
gastan más de lo que reciben, ya que su endeudamiento se da por medios
informales, más costosos que el sector financiero formal.
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